martes, 22 de marzo de 2016

Reseña: La Búsqueda del Dragón

Jinetes de Dragón de Pern:

I. El vuelo del dragón.
II. La búsqueda del dragón.
III. El dragón blanco.

¡¡Otra reseña exprés!! No tanto porque no quiera hacerla larga sino porque el libro no es demasiado largo y casi todo lo que quiero decir entra de cabeza en la categoría de spoiler. 
Así que, ¡adelante!

(¡este sí que es como el mío!)


Título: La Búsqueda del Dragón.

Autora: Anne McCaffrey.

Sinopsis: Siete Revoluciones han transcurrido desde que Lessa de Pern realizara su fantástico viaje a través del intertiempo y regresara triunfante, trayendo consigo a toda la población de los cinco Weyrs Antiguos, que permitiría luchar contra las temibles Hebras y salvar el planeta. Siete Revoluciones, a lo largo de las cuales la gratitud inicial de Fuertes y Artesanados se ha visto menguada ante la creciente carga de los diezmos, y a lo largo de las cuales los mismos habitantes de los Weyrs Antiguos han empezado a sentirse a disgusto en este nuevo Pern, tan distante del suyo original, alejado ahora más de cuatrocientas Revoluciones en el tiempo. Ahora, las disputas son cada vez más frecuentes, la estabilidad social se tambalea... y la Estrella Roja, siempre ominosa, en el cielo, vuelve a acercarse con su terrible amenaza

Páginas: 412.

Reseña/opiniones/spoilers/etc:

Venía con ganas de leer este. Han pasado un par de años desde el primer libro de la serie de Jinetes de Dragón de Pern. Lessa ya está establecida como Señora del Weyr, su matrimonio con F'lar va viento en popa, pese a sus diferencias, y ella sigue valiéndose de su astucia para conseguir lo que quiere. La necesidad de vencer a las hebras hace que se empiece a mirar al pasado, descubriendo que pese a lo que se podía pensar los antiguos habitantes de Pern estaban mucho más avanzados tecnológicamente que ellos.

Se empieza a intuir la presencia de la ciencia-ficción, con viajes inteplanetarios, la idea de F'nor de viajar a la Estrella y acabar con las Hebras en origen -plan que pone en macha y que fracasa y hace que esté a punto de morir porque salir de la atmósfera por mucho que lleves contigo a un dagón no hace que puedas respirar en la ausencia de oxígeno-, con la habilidad de viajar en el tiempo a partir del inter -una especie de vacío entre planos en los que los dragones y los lagartos de fuego que tienen toda la pinta de ser los animalillos que los primeros terrestres/perneses manipularon genéticamente para lograr los dragones, que te permite desplazarse hasta cualquier punto del planeta siempre que tengas al menos tres puntos de referencia de tu lugar y momento de destino- se empiezan a explorar las diferentes líneas temporales y como a veces tienen que retroceder en el tiempo para poder llegar a tiempo a todas partes.

La historia de amor de esta entrega tiene como protagonistas a F'nor y a Brekke, otra Dama del Weyr que ha logrado impresionar a una Reina Dorada y que, como Lessa, tiene la capacidad de comunicarse con todos los dragones.

Y la antagonista es, por supuesto, Kylara, una mujer amargada que se dedica a sembrar el caos por el único motivo de que está aburrida, relegada a un rincón por inútil y que desea tanto a F'lar como quiere fastidiar a Lessa, pero como no puede hacer nada de eso se dedica a cagar de trabajo a Brekke y a ponerle unos cuernos que ya los quisiera el padre de Bambi a su marido. Y la que salía perdiendo en todo esto es Prideth, la pobre dragona de Kylara. 

Pero creo que lo más interesante de toda la novela es observar cómo chocan los Antiguos dragoneros con los Nuevos. La gratitud hacia los primeros ha ido diluyéndose y hay que tener en cuenta que son cuatrocientos años de diferencia entre unos y otros, sin poder aguantar los Antiguos la idea de introducir nuevas técnicas de lucha contra las Hebras y, principalmente, que la sociedad fuertemente feudal y donde eran adorados como prácticamente dioses ya no queda. Ha evolucionado. Y eso los deja a ellos en una posición vulnerable.

Mención especial a cómo sería una sociedad en la que durante doscientos años no ha habido más que guerra, una guerra contra una especie extraña, pero una guerra sin cuartel donde lo que está en juego no es la soberanía de uno u otro estado sino la supervivencia más pura. O vences a las Hebras o ellas te quemaran los cultivos, los bosques, te matarán al ganado y por si no fuera poco todo lo anterior harán a tu tierra estéril para que nada crezca en ella en muchas, muchas revoluciones.
Así no me extraña que el avance en Pern sea a trompicones.

Pero sobre todo me hizo pensar en cómo quedarían esos últimos dragoneros, como los Antiguos, que después de haber nacido en guerra, haberse criado en guerra y tener toda su vida enfocada a eso cuando de repente, pum, se ha acabado. Todo para lo que te has entrenado ya no sirve para nada y tienes que volver a aprender desde cero cómo vivir sin la constante amenaza. No me extraña que aceptaran con los ojos cerrados volver al campo de batalla.
No tenían nada más que hacer.
Y además sabiendo que con todo lo que has sacrificado no has vencido a tu rival, sólo has comprado una prórroga.

Porque no se puede ir a la Estrella y vencerlos en casa.
¿No?

Puntuación:
******

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